Hehe ,espero que os guste javascript:emoticonp('
').Es el primer capitulo nada mas ehh...javascript:emoticonp('
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Encendí la radio:
-Um... dije mientras buscaba la emisora de los 40 principales - oh, no - puse cara de asco al escuchar la canción.
-Valla mierda - dijo Liss.
- Si tía ¿sabes más emisoras? - enarcó una ceja.
-Tienes que esperar, cuando termine esa mierda, empezará algo mejor, ¿tienes hechos los deberes?
-Negativo, después tengo que sacar la ropa.
-Este orfanato es una mierda.
-¿Esa palabra predomina tu vocabulario?
-Será porque es lo único que predomina en este sitio ¿no?
-Sí - me reí, negando con la cabeza dando por imposible a mi nueva amiga.
-Lo único molón son las historias que cuentan las monjas antes de dormir.
-Ya, ¿enserio? - le dije con una sonrisa burlona.
-Nos las cuentan para que durmamos y no hagamos juergas - me quedé analizando que podría pasar si las pillaban o lo que las monjas les contaba.
-Hoy es sábado... ¿no tenemos día libre? - cambié el tema.
-No, aunque hoy no contarán historias. Sólo son los lunes y los domingos - se rió - son historias sobre este orfanato años atrás, siempre nos las cuentan los más veteranos - todo lo decía con una pasión irresistible que hacía que todo fuera interesante para el que la escuchara.
-Para dar más morbo ¿no? - miré a la gigante cruz encima de cada cama - si eso se cayera...
-Suelen caerse - abrí los ojos como platos mirando a Liss.
-Eso puede matar a una persona ¡Son de hierro!
-Ya... de eso va una historia... - sonrió con diversión - por cierto...
-¿Qué?
-Aquí hay un grupo de chicos que son como los guays y tal... - me miró seria - no te metas con ellos - me advirtió.
-¿Por...? - me interrumpió una de las monjas que nos mandaba a callar, y entraba en la habitación.
-¿Tú eres la nueva? - asentí con la cabeza - ¿y tu equipaje? - dijo muy seria.
-Ahí - señalé la cama de atrás, con la maleta abierta y todo por encima desordenado.
-Quiero que lo ordenes todo ¡ahora! - gritó mientras también registraba el equipaje - bien... -me lanzó una mirada amenazante - os veo en la cena chicas.
-¿Por qué me mira así? - le pregunté a Liss.
-Siempre mira así a las nuevas, una vez una nueva le hizo una broma ... ya te contaré - se rió - bueno... ¿cenamos?
-Vale - apagamos las velas y nos fuimos por el pasillo.
-Y... - la miré un poco sonrojada.
-¿Qué? - Dijo sonriente.
-¿Hay chicos? - se paró y me miró perpleja y de repente empezó a reírse, me sentí avergonzada.
-¿Que he dicho que te hace tanta gracia? - dije molesta.
-¡Eh! No te enfades..., es sólo que bueno... -se volvió a reír.
Seguimos andando, yo la seguía y ella seguía riéndose. Yo, con los brazos cruzados, seguía mosqueada sin saber por qué se reía, después ya pensé que ella era muy exagerada y que tampoco sería para tanto.
Llegamos a una puerta doble abierta, parecía como en Hogwarts, pero sin velas que vuelan y sombreros que hablan. Seguí a Liss, decidí no seguir enfadada para poder empezar con buen pie y enterarme de las cosas que aquí eran tan diferentes. Me senté al lado de Liss.
-Bueno..., lo siento. Te lo contaré, te lo prometo ¡No te enfades! - asentí con la cabeza, absorta en imaginaciones.
El tema de los chicos era muy importante para mí. Era tímida al principio, pero con el tiempo no. Siempre había estado con chicos en otros orfanatos y a veces me enamoraba un poco, pero nunca llegaba a decirles nada y me olvidaba de ellos dandolo por imposible.
-No me enfadaré, pero... cuéntamelo - le dije al rato, ella sonrió de oreja a oreja.
-Veras, los chicos viven en la planta de arriba. Sólo los vemos en los recreos y eventos extra escolares. A mí me gusta uno - se puso a interpretar su papel de enamorada, me reí - seguro que te gustará alguno.
-Oh... no sé - me volví a quedar absorta mientras ponían la comida en las mesas.
-Bienvenidos a “La Chimenea” - ese era el nombre de el orfanato - hoy han llegado chicos y chicas nuevos espero que los tratéis bien - dijo una mujer mayor que parecía ser la directora. Empezamos a comer.
-Bueno... ¿sales con el chico?
-No, pero me presenté y voy en proceso - “siempre tan exagerada” pensé - los nuevos... - se rió.
-Que pervertida - le dije mientras apartaba la verdura del arroz amarillo.
-¿Quieres que te ayude cuando veas a un tío que te mole?
-Claro - sonrió.
-Pues no me digas pervertida - nos reímos.
Terminamos de cenar.
-Vámonos al cuarto - me dijo. Sentí con la cabeza - te contaré cosas que han pasado por el pasillo y ¡te advertiré! Esto es más peligroso de lo que parece.
-Pues empieza - ella sonrió.
-Pues una vez al año hay tres fiestas, y en ellas vemos a los chicos, algunos son guapos, otros feos ¡hay de todo tipo! Pero nunca, terminantemente, ¡nunca subas las escaleras!, porque ahí están los chicos y no te gustaría saber qué te pueden hacer - se puso seria.
Asentí con la cabeza.
-Sigue...
-Algunas mojas tienen muy mala leche... y otras son ángeles - se rió - las guays esas que le dije dan “palizas” literalmente y las monjas nunca se enteran ¡se hacen las locas! - suspiró - si un día pasara algo grave... no sé... - se dio la vuelta para verme la cara.
-Voy a entrar en el baño, te cuidado no vayan a bajar chicos para hacer inocentadas que les obliguen los otros como el año pasado - se rió.
-Eso no tiene gracia - me senté en el suelo a esperar.
-¿Estás ahí? - me dijo Liss desde dentro del cuarto de baño.
-Vale - se rió.
Me levanté mirando al suelo y bostecé echando los brazos atrás y cerrando los ojos. Así de repente, un chico me cojió las muñecas y las echó hacia atrás aprobechandose de mi bostezo, había otro chico, los dos con la boca y la nariz tapadas, no había más luz que la de las velas, que era muy leve. El otro, que sólo miraba, tenía una cámara de fotos, yo todabía conmocionada por la sorpresa y aterrorizada, caí en la cuenta de que las escaleras de la planta de arriba estaban muy cerca de esos baños. Cuando intenté quitar las mano, no pude, el chico me sujetaba muy fuerte las manos. El chico que miraba habló:
-Vamos, voy a hacer las fotos - me volví a intentar mover, no podía ni tiraarme al suelo, el chico me apretó más las manos y lo miré a los ojos pidiendo ayuda. El chico se empezó a acercar más a mi y se levantó el pañuelo de la boca y empezó a besarme el cuello, el otro chico me hacía fotos mientras que éste me había soltado una mano y me intentaba quitar la camiseta, pero yo me resistía.
-¡¡Dejadme!! - grité.
-¿Qué dices Rose? - el chico me pegó a él y yo intenté separarme del abrazo para huir.
-Liss... - dije como pude.
El otro chico seguía haciendo fotos cuando Liss salió y este la cojió y la metió en el cuarto de baño de chicas. Conseguí librarme del chico y correr por el pasillo, con tan mala suerte de caerme por un pasillo mojado y que el chico pudiera alcanzarme otra vez.
-¿Qué quieres? - le dije ya harta.
No respondió, me cogió las manos y las puso en sus hombros. Estábamos de rodillas en el suelo, ahí le di un bofetón, el me cogió la mano y se tiró al suelo hacia atrás haciendo que yo cayera encima de él. Y después rodó y quedé debajo de él. Entonces escuché la voz de Liss. Seguro que ella estaba con ellos.
-¡Déjame! -dije casi asfixiada. El chico empezó a quitarme la camiseta - ¡Déjame! - grité furiosa.
Me estaban gastando una broma por ser la nueva, y Liss se reía de mí. Le dí una patada al chico empezar a correr. Estaba cansada de correr y hacer fuerza subí las escaleras y... ¡ZAS!... todos los chicos mirando, esperaban a alguien, me quedé parada acordándome de las advertencias de Liss. Alguien me cogió por detrás y volví a estar en la planta de atrás con el chico, pero este me cogía los brazos desde atrás y muy fuerte, tanto que hasta me dolía. Hiperventilé. No podía resistirme más, dejé que me llevara a los baños de chicas, empezó a quitarme la camiseta, pero paró. Estaba sudando y yo también. Respiraba forzadamente, pero él un poco más tranquilo. Me quitó la camiseta, yo me dejé, pero después, me metí dentro de uno de los baños intentando esconderme para que no me viese. Él entró rápido a la vez que yo entraba y cerró la puerta, había sido un herror entrar, ahora no podía salir.
Todo estaba mucho más oscuro, no había velas, sólo veía sombras. Él se quitó el pañuelo y empezó a besarme el cuello, pero ese fue otro error, porque me cojió un brazo y lo pegó contra la pared, y con un solo brazo no pude hacer mucho, y al poco el podría hacer lo que quisiera conmigo, pero no me quitó nada más y tuve suerte cuando pareció que él ya se había divertido bastante, se pudo el pañuelo y yo le dí otro bofetón, cuando salimos del baño, estaban allí todos sus amigos. Yo intenté entrar en el cuarto de baño, pero el me pegó mucho a la pared y se acercó mucho a mí, cerré los ojos, todos los chicos me verían si él se quitaba y quedaría humillada. No quería ser humillada.
-No seas cruel - le susurré al oído - haré lo que sea, pero... que ellos no me vean - susurré sin mirarle a los ojos.
-Vamos tío, ¡eres el mejor! ¡La leche tío...! - se escuchaba por atrás.
-Mañana aquí por la tarde después de desayunar - me dijo en susurros.
Me empujó dentro de los cuartos de forma bruta, Liss estaba allí pensativa, sentada en el suelo. Me miró.
-Esto fue lo que se me olvidó decirte, a las nuevas se le suelen hacer inocentadas. Casi siempre nos enamoramos de los chicos que nos toca. Me pregunto ¿Quién te habrá tocado a ti? - suspiré.
-Por lo menos no me ha dejado delante de todos sin camiseta - cojí la camiseta y me la puse.
-Ah ¿no? - sonrió - no te veo muy mal - suspiré tapándome los ojos.
-No... - Liss me abrazó.
CONTINUARÁ....
ya pondre el 2º que lo tengo hecho e.e